viernes, 8 de febrero de 2013

Koh Tao


La isla más pequeña de nuestro recorrido (se debe recorrer en moto completa en unas 2 o 3 horas, la dificultad la hacen las rutas más que la distancia) y la primera que visitamos en el lado Este de Tailandia, otra costa, la que recibe el tan temido Monzón que, sin embargo, no hemos visto hasta ahora ni en pintura.

Es parte del archipiélago que también componen Koh Samui y Koh Phangan, islas un poco más grandes y con los records más altos de cañas dolorosas (estomacales y morales) con sus “Full/half /and everyday Moon Parties”, según los registros de los locales. 
El camino hasta Koh Tao fue un tramite más o menos largo, nuevamente nos tiramos en el plan independiente y además queríamos evitar a toda costa el ferry nocturno a la isla que según leimos, era del terror, por lo que hicimos en tres tramos: Ao Nang - Surat Thani, en una mini van tranquila, luego Surat Thani- Chumphon en una mini van suicida que me dejó calambres en la pierna de tanto presionar el freno imaginario por acto reflejo, y luego de pasar  la noche en Chumphon, el Ferry diurno a la mañana siguiente... un trayecto largo y cansador, pero efectivamente muchísimo más económico y en un ferry sin los mareos nocturnos que tanto preocupaban a mi negra.

Camino a los Bungalows
Al llegar desde el puerto de Chumphon luego de un viaje de 2 1/2 horas en ferry, nos encontramos con un pueblito lleno de ofertas de buceo y hospedaje, acosadores en nivel medio, por lo que no desagradaba ni estorbaba el paso (en otros lugares te toman del brazo, y si te niegas, se enojan!) así que nos dimos el tiempo de arrendar una moto y movernos con soltura por el resto de la isla hasta encontrar nuestro lugar que, sintomáticamente y como si Koh Tao fuera el mundo, estaba metido en el rincón sur oeste de la isla… "Chalok". El Chile de Koh Tao.

Al arrendar la moto me llamó la atención el hecho de que pese a ser scooters normales, tenían ruedas de motocross, pensé que eran buenos pa´ meterse a la playa con las motos… pero no. Luego de atravesar la isla por caminos de tierra y piedras, con cuestas en ángulos imposibles, entendí de qué se trataba la gracia de las rueditas con agarre y que sin ellas, el porrazo era inminente.

Esta isla vendría siendo la de los amantes del buceo y la vida bajo el agua, así como Railay era la de los amantes de la escalada, así que por un asunto de herencia paterna directa me sentí muy a gusto y conectado con este lugar y justamente por esta vinculación sanguínea con el mar , nunca desarrollada en su plenitud por un sinfín de justificaciones injustificables, decidí saldar cuentas con los ancestros y visitar lo que para mi abuelo paterno fue su oficina por tantos años. Me metí en un curso de buceo, pero no en cualquier escuela, fui un alumno de Alvaro Dive School. La escuelita familiar de la isla, una de las más pequeñas y más apartada (estaba en el rincón sur/oeste y sólo se llegaba caminando por el agua), un rinconcito de la isla en donde había muy buena onda y un instructor español bueno para los puchos y el café (que no era Alvaro, era Beltrán, aunque la Maca lo llamó así las primeras dos horas de conversación) que de entrada me hizo sentir bien de la casa.

Se puede vivir aquí no?
El curso de buceo de aguas abiertas venía con hospedaje incluido, por supuesto no era el mejor, pero suficiente para instalarnos  y tropicalear la vida con terraza mirando al mar, palmeras y hamacas para la lectura de mis clases teóricas y las novelas de la Reina Macareins.

El buceo fue increíble, la experiencia de andar bajo el agua es, curiosamente, lo más parecido que podemos hacer para imaginar el acto de volar, debido a la sensación de ingravidez y a la posición en el agua (tal cual lo hace superman) y el escenario elegido para hacerlo difícilmente pudo ser mejor. El agua es otro lugar, el ritmo es distinto, más lento, el apuro es castigado con menos tiempo para sumergirse, la respiración requiere calma y relajo, no hay de otra que estar sin apuro y disfrutar!. Rápidamente me daba cuenta de que mi abuelo tenía razones de sobra para pasarse una vida entera metido en las aguas (aunque más frías y menos tranquilas) del litoral central, en los años en que seguramente también era un paraíso, lleno de vida y abundancia, sin las cañerías de San Alfonso del Mar, sin los desagües de El Quisco y, más importante aún, sin tener que pedir permiso para entrar a la playa, en Cantera, Pelancura o donde se le antojara intrusear a ver si salían Pejesapos, Locos y Lapas. Ahora, estando yo abajo del agua, pensaba en él, mientras miraba los peces payaso y unos tremendos Meros que pasaban mirándome con cara de no te tengo miedo. Yo tampoco les tenía miedo, pero sí me andaba con cuidado, mal que mal, estaba jugando de visita.

Bobaloo Bar, a exactamente 25 metros de la cabaña...
En fin, parece que todo en Koh Tao se hacía con permiso y en relación con el mar. Al lado de  Alvaro School estaba el Babaloo Bar, que era uno de los buenos, de los con más onda que hemos visitado y que, para seguir con el permiso del mar, se abría desde las 6pm aprox, cuando la marea bajaba lo suficiente para dar espacio a una pequeña playa de 10 metros donde se ponían las mesas, velas, hamacas y colchonetas que los clientes ocuparíamos. Luego, a la mañana siguiente, esa playa nuevamente no existiría, y el agua chocaría con la barra de Bobaloo Bar hasta alrededor de las 6pm, donde nuevamente aparecería la arena para jugar a la pelota y tomarse unas cervezas al lado de la parrilla.  Una joya…

Koh Tao se nos pasó entre lecturas a orilla de playa, haciendo Snorkelling en lugares como Tanote Bay (que tenía uno de los arrecifes más increíbles y tremendamente poblados, una locura), desayunando baguettes y jugos de fruta donde la tía regalona de turno, paseando en moto cerro arriba y cerro abajo por la isla y descubriendo uno de los nuevos talentos sorprendentes de la Maca… el Mini Golf, simplemente un talento natural para el deporte.  Pero qué hace el minigolf acá se preguntarán, pues encontramos una canchita y, con el relajo que tenemos de no hacer los paseos turísticos aventureros obligatorios, nos metimos a pasar la última noche ahí. No exentos de aventuras, como verán.

Koh Tao significa Isla de las Tortugas…  lamentablemente de esas, ya no queda ninguna, como casi no quedan locos en los roquerios de Cantera. Sin embargo, aquí si están tomando medidas y acciones para cuidar lo que queda y reparar de a poco lo que se ha descuidado, que pena pensar que no puedo decir lo mismo de mi costa...

T.


Datos para el viajero:
·        A causa del curso de buceo (venía incluído) nos quedamos en los Taraporn Bungalows .  Costaban 500 baths por noche y estaban bastante bastante básicos, pero bien, sobre todo por el lugar (Chalok, sector sur oeste de la isla), rodeado de playas pequeñas cuasi privadas. Al lado de este se encuentran un par de hoteles-bungalows más, justo antes estaba uno llamado Sunrise y el que seguía al nuestro se veía también buenísimo. Ambas recomendaciones si se tiene más presupuesto (1.200, 1500 baths temporada alta):
·         En este mismo entorno, Babaloo bar, el mejor de todos. Si no se quedan en esa zona, pues arriéndense una moto y vayan!  Es el sueño hippie-Tai.
·         No quedarse en Sairee Beach, a no ser que estén en búsqueda de lo turístico, gringo y carretero.
·        Si van a arrendar motos fíjense que tengan grip (calugas) en las ruedas. Nosotros arrendamos en Golden, una oficina justo afuera del Pier, a 150 y ningún problema. (Buena idea también hacerlo llegando si no se tiene hostal, mapa en mano , mochilas en la oficina y a buscar).
·        Nunca carguen el estanque de las motos completamente, carguen con lo mínimo posible que es 50 baths y van rellenando porque te las entregan sin bencina al arrendar y así tiene que volver, si no, estas regalando plata.
·       Golden es una marca popular en la isla, también tiene un par de restoranes, y un buffet de parrilladas… no vayan a ese. Malo malo malo.
·         Tómense su tiempo (y reviews en internet) sobre la empresa de buceo que elijan.
·         Planificar con antelación la salida de la isla, ya sea paquete, ferry o lo que sea. Sobre todo para los trenes en Tailandia, se llena rápido.



La Tigresa de Occidente, o la nueva Tiger Woods...

Bobaloo Bar, 10am. 

Desayuno de campeones donde las tías cochinas de rigor...
Despreocupado...


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