domingo, 27 de enero de 2013

Koh Lanta, la favorita

Koh Lanta es un sueño. Una isla mas o menos pequeña, de bajo perfil, con playas paradisiacas y verde tropical,  elegida justamente por eso: no creerse espectacular, ser algo menos turística y cercana a todas sus taquilleras islas primas,  y donde, gracias a sus bajos precios, pudiéramos dar suelta a nuestro hedonismo: y oh si que lo hicimos!.

Pasamos 5 días paseando: desayuno de campeones, moto y pum, partíamos para una playa distinta cada día. Que puedo decir, increíble!. Playas escondidas y donde había que atravesar algo de selva para llegar, donde para mas remate algunas tenían un barcito tai piolita sirviendo sus famosos shakes o licuados , cervezas, y algo de comida.

Nos quedamos en esta? o seguimos más allá?...
Los paisajes y lugares, tan bonitos, que nos queríamos bajar de la moto cada 100 metros, ya sea por una buena vista, algo digno de una foto, o para probar una de las numerosas tentaciones que se me cruzaban en el camino, por no decir, todas. Y como la suerte nos acompaña, fue en estos paseos donde hasta nos encontramos con unos elefantes, así, sueltos. Algo en Koh Lanta hacia que nos mirábamos y sonriéramos, y, misteriosamente, nos pillara tarareando Naranananana,  la canción de Kem Piña. Estábamos en el paraíso.



Como si no fuera suficiente, el hostal, que quedaba en el centro (y dije que costaba $7 US la pieza doble?) , quedaba al lado de nuestras propias Tías Cochinas, un localcito de comida esplendorosa medio callejero, al que fuimos la primera noche y que luego de habernos levantado y aparecido ahi a las 8 am del día siguiente a comer de nuevo y nos hicieron gesto que todavía ni abrían, cada vez que luego nos veían (porque seguimos yendo, claro) , se reían como locas y se hacían señas que nosotras suponemos era como "llegaron los hambrientos fanáticos!"

Pensándolo bien, no se bien que pasaba en Koh Lanta que estábamos tan hambrientos, probablemente la emoción de probar la comida Tai. Porque recuerdo bien que después de que no pudiéramos ir a las Tias porque era tan temprano, se me ocurrió la genial idea de nuevamente intentar con un desayuno dulce (que en verdad es un postre) esta vez el famoso sticky rice with mango (arroz hervido en lche de coco y azúcar , con mango)., el que me fue servido en una fuente enorme, y del que no he podido saber mas hasta ahora por lo mal que me cayó. Me pregunto "por que" habrá sido.

En fin. Maravilloso Koh Lanta. Y desde ahí mismo pudimos ir a las otras islas, para seguir en el sueño tropical, pero ahora el Hediondista será quien les cuente un poco de eso...



La buena vida y la poca verguenza


Ese letrero nos advirtió de la escondida playa que amamos...
Nananá naná naná nana... Uo Yeah!

Y así es como uno va por la calle y se encuentra con Dumbo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario