Nos vamos de Melbourne,
dejamos Australia, en este minuto, y el reloj nos hace “Tic-toc, tic-toc”- porque
así es como hace en inglés-.
Australia fue algo totalmente
extraño, inesperado, y algo bizarro para nuestros conocidos estándares
chilensis. Partiendo porque nunca estuve más de 15 días (ni con más de 10 años)
en un lugar de habla inglesa, en mi vida. Pensé que sabía hablar pero no
sabía, y acá tuve que llegar de cabeza a
buscar trabajo cuando ni siquiera entendía completamente lo que me decían en la
entrevista. (No puedo dejar de mencionar a mi querida amiga clau que le pasó lo
mismo, pero que directamente se tuvo que
RETIRAR de la entrevista porque simplemente no entendía nada, jaja).
Pasé momentos en que me
quería esconder en las sábanas y no salir más,
pero tampoco era que quería
volver a Chile, era solo tiempo , para conocer, para acostumbrarme a esta
cultura tan diferente a la nuestra.
Yo en mi primera semana. (Aún no tenía acceso a los refrigeradores) |
Trabajo conseguimos y rápido,
no nos echaron de ninguno por lesos, barsas, flojos, ni nada, ahorramos todo lo
que pudimos, y disfrutamos cada peso y cada día o medio día libre (nunca
coincidíamos) que tuvimos en cosas ricas y placenteras, como buenos hedonistas.
Hicimos nuevos y viejos
amigos, nos reencontramos con otros de Chile casualmente en la calle (sí), y la
suerte nos puso en el camino un sinfín de personas increíbles que nos ayudaron
y acompañaron en diferentes momentos del viaje, como absolutamente todos y cada
una de las familias con las que yo trabajé, donde para explicar la buena onda
crónica y desenfadada que tenía cada una con nosotros, tendría que escribir
otro post completo, y no me lo creerían. Cuando pienso en eso, me nace un cariño
inmenso a Australia y a los australianos. (Y Cuando veo mi cuenta bancaria,
también!, hin, hin)
Pero ustedes ya se estarán preguntando qué es esto
tan raro ,bizarro y diferente, así que acá
va un top diez:
1. EL inglés. My god. Es como
si estuviesen comiendo mientras hablan, las vocales abiertas, todo lo que me
enseñaron en el colegio no sirve mucho, ni menos sus reglas verbales, ya que
todo cambia: Ej: CLEVA (clever), WOTA (water), GAREI (good day). Más todo el
universo de palabras que sigo sin asimilar porque mi cabeza es como un disco
duro que se llenó hace rato. Luego vienen los niños que emiten balbuceo y
cuando no entiendo les digo, OH, REALLY!!!!!? Y me asienten , contentos.
Funciona, no sé hasta cuando pero por suerte me voy.
Tomás recién llegadito con la Javi, y haciendo uso de las parrillas gratis! |
2. No usan servilletas (que
se dice servilletes (¿? ) ) y aún no sabemos como caralho se limpian.
3. No tienen frío. No sé si
habrán desarrollado un sistema auto-termo-suficiente, pero se visten todo el
año como en verano. No importa llueve, truene, o haga 1º, ellas están lindas, radiantes, con la mini
más corta que encontraron en el closet y obvio, sin manga. La cosa no es casual
sino versión matrimonio, maquillaje, tacos enormes, no importando si van al derby,
al cine, o al bar de la esquina. Debo decir además que son las minis más cortas
que he visto en mi vida, Tomás está enfurecido con esto.
4. Son súper ecológicos, lo
que es tristemente raro, triste por nosotros los chilenos, que no estamos
cachando ni una. Toda la basurita separada, todo reutilizado, hasta el gobierno
manda a unos tipos que te instalan cosas que ahorran energía para que la gente
las use. Bicis pa arriba y pa abajo, caminar pal otro. Además, todo preocupados
de lo que comemos o no, libre de químicos, el comercio justo, y anda a comprar
unos huevos que gallinas infelices –o no orgánicos- que te miran como si te
estuvieras comiendo una rata (pero quién sabe). Yo me acostumbré y me puse bien
pero bien hinchapelotitas con el tema, vamos a ver cómo me va por allá cuando
vuelva.
5. Se alimentan de DIPS, o
sea, salsitas donde untar los panes, galletas, o lo que sea. Lo he corroborado por la cantidad de
refrigeradores deliciosos a los que tengo acceso, gracias a dios, y mi largo
kilometraje en recorrido de supermercados. No hay grandes comidas, sólo la cena,
y se cena por lo general en restaurantes. El resto hummus, queso, galletitas,
pestos, y listo. Creo que mi amiga Sol y mi hermana Coti serían especialmente
felices –y curvilíneas- acá.
6. Creen que toman *cocktails
con alcohol pero no le echan casi alcohol. Lo peor es que se curan. La medida
permitida (y exacta) es 30 ml de alcohol. Y valen entre entre 14 y 18 dólares
c/u.
A veces, nos da pena (por
nosotros).
Vegemite, ¿acaso no luce deliciosa? |
7.. Comen Vegemite. Una
levadura de cerveza fermentada de color negro y pastoso que se le echa al pan,
sobre todo al de los niños. Además huele mal, y el sabor es como de la salsa de
soya. Suena asquerosito? La mitad de la población y Tomás diría que sí. Yo pensé lo mismo hasta que me obligué a
comerlo (porque tiene mucha vitamina B) y como a la 4ta vez lo empecé a
encontrar rico. Ahora soy adicta, y huelo mal.
8. Se ven muchos papás
paseando guaguas, yo casi diría que está
casi de moda. Además, como que inventaron un neodeporte que es
“salir-a-correr-mientras-paseas-a-la-guagua” y pobre que te atrevesís, a toda
velocidad, pinta ciclista y todo, y la guagua, peinadísima y dichosa.
9. Son unos malditos
hedonistas, de verdad. Los peores pagados ganan como nosotros, así que se
imaginarán el resto. En Sydney, se pasaban a la playa , o a surfear, después de
la pega. Acá, se pasan a los bares o a restaurantes, y siempre está todo lleno. El fin de semana se
van a los miles de parque que tienen, todos con parrillas eléctricas limpias,
la mitad de estas son gratis, y las otras se cargan con una moneda. En el verano salen de vacaciones. Si no es a cualquiera de los vecinos a los que se llega por 400 dólares (Vietnam, Tailandia, Bali, etc), entonces se quedan en Australia, a algunos de los miles hermosos destinos para elegir. De preferencia, en una casa rodante con tutti, que se arriendan por otro precio absolutamente pequeño y que les deja ir parando en las miles de paradas o playas especialmente adaptadas para ello.
10. Son unos malditos
felices. Todos andan en grupo de amigos, sino tienen pololo, o si no tienen
perrito. Pero una de esas. Y espacios diseñados especialmente hay para todos. Parques,
parques, ferias y mercados, música y fiestas
para Lesbianas, Gays, Mil Países juntos, guaguas, niños y coches, todos juntos
y felices. Muchos hacen deporte, mucha
gente corriendo, otros corriendo y paseando guagua, y otros saliendo a cenar a
alguno de los miles restaurantes de comida de países, o tomando desayunos y tomando café en lugares
deliciosos, el deporte nacional. ¿Qué
desayunan? Huevos, de cien maneras: con salmón, tocino, prietas, espinaca,
salsas. Pero lo más típico? Tostadas con… porotos (aluvias, los blanquitos) con
salsa de tomate. Y lo venden hasta en lata listo, pa llegar y echarle al
pan. Mmm, sí, livianito, y bizarro. Como
su otra mezcla favorita: hamburguesa + smoothie (leche con yogurt y fruta).
Todo pa dentro. Sorbito y mascada, mascada y sorbito. Ricom. Y bizarro. Y hedonista.
Malditos australianos, malditos
hedonistas… que nos hicieron malditamente felices y ahora nos harán aún más.
Y ahora, ¿cómo los vamos a
olvidar?
Australianos pasándolo mal en Perth |
Australianos pasándolo mal en Sydney |
Los backstreet-melbourne |
Moluscos disfrutando el Botánico |
Qué lindooooo!!! Después de todo era un país amable... Que tengan un feliz periplo par de cangurines... Y ya estoy esperando a probar esas salsas ricas que seguro aprendiste! :)
ResponderEliminar