miércoles, 26 de diciembre de 2012

Australia en 10 extraños puntos!

Nos vamos de Melbourne, dejamos Australia, en este minuto, y el reloj nos hace “Tic-toc, tic-toc”- porque así es como hace en inglés-.

Australia fue algo totalmente extraño, inesperado, y algo bizarro para nuestros conocidos estándares chilensis. Partiendo porque nunca estuve más de 15 días (ni con más de 10 años) en un lugar de habla inglesa, en mi vida. Pensé que sabía hablar pero no sabía,  y acá tuve que llegar de cabeza a buscar trabajo cuando ni siquiera entendía completamente lo que me decían en la entrevista. (No puedo dejar de mencionar a mi querida amiga clau que le pasó lo mismo,  pero que directamente se tuvo que RETIRAR de la entrevista porque simplemente no entendía nada, jaja).

Pasé momentos en que me quería esconder en las sábanas y no salir más,  pero tampoco  era que quería volver a Chile, era solo tiempo , para conocer, para acostumbrarme a esta cultura tan diferente a la nuestra.

Yo en mi primera semana. (Aún no tenía acceso a los refrigeradores)
Trabajo conseguimos y rápido, no nos echaron de ninguno por lesos, barsas, flojos, ni nada, ahorramos todo lo que pudimos, y disfrutamos cada peso y cada día o medio día libre (nunca coincidíamos) que tuvimos en cosas ricas y placenteras, como buenos hedonistas.
Hicimos nuevos y viejos amigos, nos reencontramos con otros de Chile casualmente en la calle (sí), y la suerte nos puso en el camino un sinfín de personas increíbles que nos ayudaron y acompañaron en diferentes momentos del viaje, como absolutamente todos y cada una de las familias con las que yo trabajé, donde para explicar la buena onda crónica y desenfadada que tenía cada una con nosotros, tendría que escribir otro post completo, y no me lo creerían.  Cuando pienso en eso, me nace un cariño inmenso a Australia y a los australianos. (Y Cuando veo mi cuenta bancaria, también!, hin, hin)

Pero  ustedes ya se estarán preguntando qué es esto tan raro ,bizarro y diferente,  así que acá va un top diez:


1. EL inglés. My god. Es como si estuviesen comiendo mientras hablan, las vocales abiertas, todo lo que me enseñaron en el colegio no sirve mucho, ni menos sus reglas verbales, ya que todo cambia: Ej: CLEVA (clever), WOTA (water), GAREI (good day). Más todo el universo de palabras que sigo sin asimilar porque mi cabeza es como un disco duro que se llenó hace rato. Luego vienen los niños que emiten balbuceo y cuando no entiendo les digo, OH, REALLY!!!!!? Y me asienten , contentos. Funciona, no sé hasta cuando pero por suerte me voy.
Tomás recién llegadito con la Javi, y haciendo uso de las parrillas gratis!

2. No usan servilletas (que se dice servilletes (¿? ) ) y aún no sabemos como caralho se limpian.

3. No tienen frío. No sé si habrán desarrollado un sistema auto-termo-suficiente, pero se visten todo el año como en verano. No importa llueve, truene, o haga 1º,  ellas están lindas, radiantes, con la mini más corta que encontraron en el closet y obvio, sin manga. La cosa no es casual sino versión matrimonio, maquillaje, tacos enormes, no importando si van al derby, al cine, o al bar de la esquina. Debo decir además que son las minis más cortas que he visto en mi vida, Tomás está enfurecido con esto.

4. Son súper ecológicos, lo que es tristemente raro, triste por nosotros los chilenos, que no estamos cachando ni una. Toda la basurita separada, todo reutilizado, hasta el gobierno manda a unos tipos que te instalan cosas que ahorran energía para que la gente las use. Bicis pa arriba y pa abajo, caminar pal otro. Además, todo preocupados de lo que comemos o no, libre de químicos, el comercio justo, y anda a comprar unos huevos que gallinas infelices –o no orgánicos- que te miran como si te estuvieras comiendo una rata (pero quién sabe). Yo me acostumbré y me puse bien pero bien hinchapelotitas con el tema, vamos a ver cómo me va por allá cuando vuelva.


5. Se alimentan de DIPS, o sea, salsitas donde untar los panes, galletas, o lo que sea.  Lo he corroborado por la cantidad de refrigeradores deliciosos a los que tengo acceso, gracias a dios, y mi largo kilometraje en recorrido de supermercados. No hay grandes comidas, sólo la cena, y se cena por lo general en restaurantes. El resto hummus, queso, galletitas, pestos, y listo. Creo que mi amiga Sol y mi hermana Coti serían especialmente felices –y curvilíneas- acá.

6. Creen que toman *cocktails con alcohol pero no le echan casi alcohol. Lo peor es que se curan. La medida permitida (y exacta) es 30 ml de alcohol. Y valen entre entre 14 y 18 dólares c/u.
A veces, nos da pena (por nosotros). 

Vegemite, ¿acaso no luce deliciosa?
7.. Comen Vegemite. Una levadura de cerveza fermentada de color negro y pastoso que se le echa al pan, sobre todo al de los niños. Además huele mal, y el sabor es como de la salsa de soya. Suena asquerosito? La mitad de la población y Tomás diría que sí.  Yo pensé lo mismo hasta que me obligué a comerlo (porque tiene mucha vitamina B) y como a la 4ta vez lo empecé a encontrar rico. Ahora soy adicta, y huelo mal.

8. Se ven muchos papás paseando guaguas, yo casi diría que está  casi de moda. Además, como que inventaron un neodeporte que es “salir-a-correr-mientras-paseas-a-la-guagua” y pobre que te atrevesís, a toda velocidad, pinta ciclista y todo, y la guagua, peinadísima y dichosa.

9. Son unos malditos hedonistas, de verdad. Los peores pagados ganan como nosotros, así que se imaginarán el resto. En Sydney, se pasaban a la playa , o a surfear, después de la pega. Acá, se pasan a los bares o a restaurantes,  y siempre está todo lleno. El fin de semana se van a los miles de parque que tienen, todos con parrillas eléctricas limpias, la mitad de estas son gratis, y las otras se cargan con una moneda. En el verano salen de vacaciones. Si no es a cualquiera de los vecinos a los que se llega por 400 dólares (Vietnam, Tailandia, Bali, etc), entonces se quedan en Australia, a algunos de los miles hermosos destinos para elegir. De preferencia, en una casa rodante con tutti, que se arriendan por otro precio absolutamente pequeño y que les deja ir parando en las miles de paradas o playas especialmente adaptadas para ello.


10. Son unos malditos felices. Todos andan en grupo de amigos, sino tienen pololo, o si no tienen perrito. Pero una de esas. Y espacios diseñados especialmente hay para todos. Parques, parques, ferias y mercados, música y  fiestas para Lesbianas, Gays, Mil Países juntos, guaguas, niños y coches, todos juntos y felices.  Muchos hacen deporte, mucha gente corriendo, otros corriendo y paseando guagua, y otros saliendo a cenar a alguno de los miles restaurantes de comida de países, o  tomando desayunos y tomando café en lugares deliciosos, el deporte nacional.  ¿Qué desayunan? Huevos, de cien maneras: con salmón, tocino, prietas, espinaca, salsas. Pero lo más típico? Tostadas con… porotos (aluvias, los blanquitos) con salsa de tomate. Y lo venden hasta en lata listo, pa llegar y echarle al pan.  Mmm, sí, livianito, y bizarro. Como su otra mezcla favorita: hamburguesa + smoothie (leche con yogurt y fruta). Todo pa dentro. Sorbito y mascada, mascada y sorbito. Ricom. Y bizarro. Y hedonista.

Malditos australianos, malditos hedonistas… que nos hicieron malditamente felices y ahora nos harán aún más.

Y ahora, ¿cómo los vamos a olvidar? 



Australianos pasándolo mal en Perth
Australianos pasándolo mal en Sydney



Los backstreet-melbourne

Moluscos disfrutando el Botánico

1 comentario:

  1. Qué lindooooo!!! Después de todo era un país amable... Que tengan un feliz periplo par de cangurines... Y ya estoy esperando a probar esas salsas ricas que seguro aprendiste! :)

    ResponderEliminar