domingo, 13 de enero de 2013

Melaka, la goldita


Ansiosos por salir de la modernidad Singapuriense, llegamos a Melaka, o Malacca, luego de unas varias largas horas.

Llegamos a Melaka, donde íbamos a estar sólo dos días, y ya bajando del terminal, nos disponemos a buscar cómo llegar al centro, que al parecer estaba lejos. Vamos a preguntarle a la señora de informaciones , quien dice que no habla inglés. Fantástico, pensamos. Nadie habla inglés, y no hay extranjeros, esto cada vez se pone peor. Y ahora, quién va a defendernos? Por supuesto, un taxista  cachetón con modismos australianos, nos ofrece ayuda y listo, tomar el bus 17 al centro. Y así llegamos, en micro. Con trescientos 64 ojos puestos en nosotros entre risas, varios de los cuales tuvimos que interrogar para poder reconocer la parada.

Ver Melaka, la zona del Reloj,  a la justa hora del atardecer con sus colores anaranjados, es una de las cosas más bonitas.  Transpirados, perdidos, y hambrientos, no pudimos evitar maravillarnos, y a la vez, recordar a una pacífica plazoleta en La Serena, con ese aire colonial, y cálido donde pareciera que siempre estuviese poniéndose el sol.

Rápido, antes que las tripas de Tomás logren ponerlo mal genio, corrimos al tratar de encontrar el Hostal Tidur Tidur  , donde el genial Stanley nos recibió. Coincidentemente, Stanley es un tipo de nuestra edad, que había estudiado en Melbourne diseño, y luego se puso con este hostal al borde del río, donde además aplicaba todo su diseño melbourniano-malasio cool. Más que sus camas , nos hizo sentir muy cómodos y nos dio los mejores datos para ir a comer, a lo que partimos instantáneamente.

Caminando por las hermosas calles de Melaka, el borde del río que es como un pequeño Venecia asiático, llegamos a otro Street food market, para no perder la costumbre de nuestras tías cochinas de la comida callejera. Ahí, y celebrando que los precios habían bajado bastante, no nos limitamos mucho y pedimos: cerveza, brochetas de pollo satay (con una salsa de maní), noodles con camarones, más brochetitas, y un spring roll vegetariano maravilloso, que era un panqueque con muchas cosas adentro que sabían muyyyy bien.
 
Acostarse, que venía un nuevo día, y el único día que pasaríamos en Malaka, porque luego en la noche nos iríamos a tomar un bus de noche.

Si antes pensaba que los australianos eran raros por sus desayunos mutantes, espérense a venir a Asia. Cerdo/pollo con brócoli y cebolla y ajo con arroz, 8 am, sino noodles en alguna sopa. 
Por esto, e inocentemente, ese día lo comencé con la ilusión de encontrar un desayuno dulce, como me gusta, aprovechando la amplia y barata oferta gastronómica en Melaka. 

Dichosa, me pedí el primer coconut shake o Batido de coco, del viaje, y luego, me tenté con unas bolitas de coco que eran como esas con leche consensada, blancas. Me las entregó la casera recién hechas, calientes, y yo, justo cuando decía “Viste, Tomás, que te dije, que sí puedo encontrar cosas ricas dulces de desayuno”… fue cuando masqué la bolita y salió un líquido café, que alertó a todo mi sistema: CERDO. Digamos que era un juguito –mermeloso de cerdo, justo dentro de la leche condensada y coco. Maldición, sí que son más raros de lo que pensaba. Aunque, no puedo decir que estaba malo… ja-ja-ja!

Nos quedamos paseando toda la mañana, luego de intentos fallidos por ir a desayunar como un malasio (pa Tomás): Fuimos a un lugar local, tan local, que nadie nos entendió, la carta decía que había sólo té y todos estaban comiendo, y en fin, fue tan triste e inentendible que nos tuvimos que parar e ir.

Comiendo las Laksa Soup
No contentos con eso, sabíamos que nos desquitaríamos en el almuerzo, por que si algo sabíamos de Malasia, era que tienen la famosa Laksa Soup, nuestro plato malasio favorito y uno de los pocos que conocemos. Una sopa reconocible por ser blanca, con sabor a leche de coco, con muchas especias como citronela,  una hoja con sabor a jabón que aún no conocemos su nombre , mariscos o pollo(dependiendo  de cual elijas). Mmmmm.. Stanley nos dio un dato de un lugar en la calle Jonker St, creo que 88, (EITIEIT) , donde efectivamente servían la mejor, tanto que pedimos dos y otra más (estábamos emocionados, insisto), y de las que Tomás se tomó casi dos y media, algo que  para resguardar la seguridad y la no censura del blog, diría que NO HAGAN USTEDES. Menos tomarlas parados porque está muy lleno y salir a los 34 grados a la calle.  

Sí, en Melaka nos dedicamos a comer. Y es que es una de las capitales gastronómicas del país, y los precios son ridículamente buenos y mejor que todas las otras partes que pasamos. Además de ser, bonito, bonito.

Recomiendo al que pueda pasar, no se arrepentirá. Si pueden quedarse en un hostal u hotel al borde del río, es muy entretenido, aunque más que - borde del río- yo le llamaba Guaren Street,  ya entenderán por qué.  Y recomiendo también Tidur tidur, para todos los mochileros con alma de mochileros, porque es barato, y amable, pero bien  biennnnn básico. Si están en esa categoría, entonces Tidur Tidur es el mejor! (US13 RM pieza con camarote), y muy bien localizado. Nosotros reservamos en avance porque íbamos a llegar tarde y cansados, pero si van por más, es fácil encontrar alojamiento al parecer, por donde estábamos se veían varios carteles con disponibilidad.

Nos fuimos a la estación de buses, donde justo antes de partir tuve mi primera experiencia-trauma con los baños tipo asiáticos, de la que no contaré más ahora para no arruinarles el apetito.
Próximo destino: Isla Langkawi

















Tomás en Guaren Street, en el hostal


















No hay comentarios:

Publicar un comentario